¿Qué es la "ceto-gripe" y cómo evitarla?

El Dr. Stephen Phinney y el equipo Virta‍

La gripe de la cetosis nutricional, más comúnmente conocida como ceto gripe, puede ocurrir en las fases iniciales de la cetosis nutricional, ya que está reduciendo drásticamente la cantidad de carbohidratos que consume. No hay necesidad de preocuparse, esto no es realmente la gripe y no es causada por estar en un estado de cetosis nutricional. Más bien, los síntomas "gripales" que algunas personas experimentan al comenzar la dieta cetogénica se deben a la respuesta del cuerpo a la restricción de carbohidratos.

Cuando se empiezan a restringir los carbohidratos de la dieta, los riñones (el sistema de filtración del cuerpo) pasan de retener sodio (también conocido como sal) a excretarlo rápidamente, junto con el exceso de agua en el cuerpo (Volek, 2011). Durante la eliminación del exceso de sodio y agua del organismo, muchas personas experimentan una rápida pérdida de peso. Si bien puede ser emocionante ver la escala moverse en una dirección hacia abajo, sepa que esta no es la verdadera pérdida de peso de la grasa, sino de la pérdida de agua. Por lo tanto, es importante que reemplace parte del sodio y el agua que está excretando, ya que si no se reemplazan, es probable que experimente los síntomas de la ceto gripe.

Los síntomas de la ceto-gripe incluyen:

  • Mareo
  • Fatiga, especialmente al hacer ejercicio
  • Dolor de cabeza
  • Estreñimiento
  • Náuseas

Afortunadamente, estos síntomas pueden ser fácilmente minimizados o incluso prevenidos. La forma más fácil de minimizar/evitar la ceto-gripe es aumentar la ingesta de sal en 1-2 gramos/día-descansa tranquilo, mientras estés en cetosis nutricional no almacenarás este sodio extra en el cuerpo.¹

Una forma fácil de aumentar la ingesta de sal es beber 1-2 tazas de caldo al día, ya que cada cubito contiene aproximadamente 1 gramo de sodio. Aunque beber caldo puede sonar un poco extraño, en realidad puede ser delicioso. Si le añade un poco de mantequilla y/o nata espesa, puede crear un sabroso "té" que también es una gran fuente de grasa, sal y agua adicional. Aún mejor, haz tu propio "caldo de huesos" con restos de pollo asado, huesos de ternera o rabo de buey. Puede hacerse en tandas de 8-16 tazas cada vez y guardarse en el frigorífico o congelarse para su uso posterior. Si se prepara correctamente, además de 1 gramo de sodio, una taza aporta otros minerales beneficiosos y unos 7 gramos (equivalentes a una "onza") de proteínas.

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Citas
  1. Volek JS, Phinney SD. El arte y la ciencia de la vida baja en carbohidratos. 2011. PP 41. Beyond Obesity Publishing, Miami FL.